Prueba Ford Transit Custom Kombi

Muchas familias numerosas, o sólo aquellas que tengan que viajar con mucho equipaje, se plantean la compra de un vehículo monovolumen de grandes dimensiones. En el caso de los vehículos preparados para transportar hasta siete ocupantes, en el caso de ir a plena carga, no nos dejan prácticamente espacio para llevar equipajes. Si elegimos las versiones más compactas, como el nuevo Grand C4 Picasso, el Gran Scénic, etc, el espacio para equipaje debemos darlo por perdido. Los modelos más voluminosos, los grandes vehículos monovolumen pecan también de este problema, pero lógicamente resulta menos exagerado, aunque la ecuación equipaje-pasajeros tampoco se resuelve de forma satisfactoria.

Sin embargo no nos debemos dar por vencidos. Existe otra saga de vehículos, que combinan ambas necesidades: tienen la capacidad de transportar incluso un mayor número de pasajeros, hasta 9 incluido el conductor y, además, no escatiman el espacio para que todos lleven su equipaje normal.

No nos vamos a engañar. Son vehículos muy especiales, que no llegan ni con mucho a los niveles de refinamiento de los monovolumen convencionales, pero tiene  sin duda una mejor relación entre sus dotes prácticas y su precio final.

Este es el caso del nuevo Ford Transit Custom en su versión preparada para nueve plazas. Estamos ante un vehículo de grandes dimensiones, con prácticamente cinco metros de longitud en la versión de batalla corta, con una altura de casi dos metros y casi la misma anchura.

En la actualidad, y en esta furgoneta en particular , las mejoras en relación a antiguas generaciones está siendo espectacular. Ford ha introducido en esta nueva edición varios de los sistemas de seguridad que hasta hace poco sólo estaban destinados a montarse en turismos. Lleva, por ejemplo, el sistema de asistencia a la salida del carril, un cómodo control de crucero, además de un eficaz sistema de Start&Stop, que por cierto funciona muy bien. Como curiosidad, si elegimos la función “eco”, limitamos de paso la velocidad a sólo 110 km/h, buscando lógicamente los consumos más bajos.

La postura de conducción es la clásica de una furgonetas. Vamos muy verticales sentados, a buena altura, pero al final resulta una postura bastante cómoda. A esto también ayuda la palanca de cambios situada sobre el salpicadero. Va muy bien equipada en líneas generales, aunque echamos de menos los avisos sonoros en maniobra, muy útiles en los turismos, pero fundamentales en un vehículo  de este tamaño y características. Incluso una cámara de visión trasera no estaría de más.

Ya hemos hablado de velocidades máximas limitadas electrónicamente, pero ahora debemos mencionar  su buen comportamiento, incluso si vamos cargados y todo a pesar de que el eje trasero responde a una arquitectura de vehículo completamente industrial.  Sus consumos son razonables, aunque en relación a un turismo llama la atención las cifras en las que nos movemos. Bajar de los 9 litros en carretera es dificil, y más si vamos a los cruceros a los que nos puede llevar el motor de 2,2 litros y 155 CV de potencia.

Parte del atractivo del Transit está en el interior. Es completamente modulable, con dos filas de asientos que pueden abatirse para mejorar la capacidad de carga, que casi llega al metro cúbico de base.

Si hablamos de confort de marcha, no se le pueden pedir lujos. En relación a otros modelos de su categoría, el motor va bien aislas y no produce ruidos que sean especialmente molestos cuando viajamos.  Echamos de menos algún que otro recubrimiento en el interior, siempre pensando que llevamos pasajeros y que la visión de la chapa descarnada produce una fría impresión, pero todas las plazas viajan cómodas y disfrutan de unos excelentes niveles de seguridad. Entrar es de lo más cómodo, gracias a las dos enormes puertas correderas, que facilitan la carga y el acceso.

Por un precio que precisamente no es muy bajo  -de base estamos hablando de 36.992 euros-, pero la practicidad de este vehículo es enorme. Llevar 9 pasajeros o todo lo que deseemos cargar, es una posibilidad inexistente en un monovolumen de corte clásico. Seguramente por este precio irá mejor dotado y será más lujoso, pero no más versátil y práctico. Su motor de 155 CV nos lleva muy ágilmente también, pero a costa, como ya hemos comentado, de unos consumos un tanto notables, aunque nada exagerados por cierto y de un confort de marcha más limitado que en un monovolumen de gran tamaño. En definitiva, estamos ante un vehículo muy versátil que a las familias numerosas , muy numerosas, les permitirá viajar sin problemas ni agobios y todo sin la austeridad general de una furgoneta al uso.